No a los transgénicos

Los alimentos transgénicos (o modificados genéticamente, MG) proceden de plantas a las que se ha incorporado genes extraños mediante ingeniería genética. Pero la inserción de genes en una planta puede provocar efectos imprevistos no deseados y supone graves riesgos para la salud, el medio ambiente y la seguridad alimentaria. La comunidad científica no ha despejado las dudas sobre todos estos peligros que entrañan, y detrás del intento de fomentar y extender los cultivos de agricultura transgénica están los intereses de grandes corporaciones multinacionales que, en busca del máximo beneficio, se permiten hasta afirmar que gracias a las "facilidades" que los transgénicos ofrecen de "mayor producción", pueden ser toda una baza en la lucha contra el hambre en el mundo.

La realidad es muy distinta. El final del hambre en el mundo vendrá con la soberanía alimentaria de los pueblos y con un mayor y mejor reparto de la riqueza. Mientras, los transgénicos, además de potencialmente muy perjudiciales para nuestra salud, generan contaminación genética que altera el hábitat de allá donde se cultiva. El pasado mes de mayo, la Comunidad de Madrid autorizó la implantación cultivos de maíz transgénico, cómo no, en el Parque Regional del Sureste, espacio que a pesar de estar protegido viene siendo atacado por intereses económicos de empresas, y por el empeño de la Administración en hacer de este rincón de la región su basurero y su suministrador de energías contaminantes.

Izquierda Unida ha presentado para el próximo Pleno en el Ayuntamiento de Rivas Vaciamadrid una moción para declarar al municipio "Libre de Transgénicos", para exigir a la Comunidad que prohíba cautelarmente estos cultivos y para exigirla, una vez más, que apruebe el Plan Rector de Uso y Gestión del Parque que lleva más de 9 años de retraso y que está llamado a ser un marco de protección efectiva de este espacio natural. Desde Jóvenes de IU celebramos esta iniciativa y proclamamos, NO MÁS AGRESIONES AMBIENTALES AL SURESTE DE LA COMUNIDAD DE MADRID, ¡NO A LOS TRANSGÉNICOS!